Los almendros florecen en invierno y así, anuncian la primavera.

Los almendros anuncian la primavera floreciendo cuando todavía hace  frío invernal. Poco a poco, los tiernos capullos inmaduros van creciendo con los pequeños rayos de  sol que nos ofrece el invierno,  abren sus  pétalos blancos y rosados, iniciando así, una de las imágenes más bonitas que podemos disfrutar, la floración del almendro.

El almendro se llena de bellas flores antes de vestirse con el verde de sus hojas.

La flor del almendro, es una de las pocas flores que cae antes de marchitarse. 

Aunque nos parezca prematuro y relacionemos la floración de los árboles con la primavera, la floración temprana es una característica de los almendros. Según las flores van desarrollándose y perdiendo pétalos, comienzan a crecer los brotes de las hojas, que se abren a continuación.

Si comienza en enero es una floración temprana, en febrero es media y en marzo es una floración tardía. Aun así, es uno de los primeros frutales en florecer.

ORIGEN DEL ALMENDRO.

Amygdalus Communis es el nombre científico que recibe el almendro, un árbol caducifolio perteneciente a la familia de las salicáceas. Es un árbol que tiene su origen en Asía Central, Persia y Mesopotamia.

El almendro es un árbol que crece en poco tiempo, y su madera, blanca y ligera, resistente al agua. Su tronco agrietado puede llegar a crecer hasta alcanzar los 10 metros de altura sobre suelos secos y arenosos. Es un árbol de climas luminosos y secos que no tolera las heladas.

EL ALMENDRO Y SUS FRUTOS.

El cultivo del almendro se lleva realizando desde hace milenios por la riqueza de sus frutos. El fruto es la almendra.  La recolección de la almendra, tiene lugar entre los meses de agosto y septiembre. El método utilizado para la recogida de la almendra se denomina “varados” y consisten en golpear el árbol con una vara para hacer caer los frutos. España y Estados Unidos son los mayores productores de almendras del mundo.

La almendra es un fruto rico en calcio, hierro y proteínas. De este, sale el aceite de almendra que suele ser utilizado como emoliente. Además, la esencia de las almendras amargas suele utilizarse en perfumería por su peculiar aroma.

Es muy importante, la poda en los almendros.

Aunque la poda es indispensable para el almendro, lo cierto es que el proceso puede hacer que el árbol sufra. Por ello, para evitar un sufrimiento en exceso y que pueda morir es importante realizar la poda en una época específica. Se recomienda hacerlo cuando los almendros están ‘dormidos’, es decir, cuando el árbol no está creciendo ni tampoco en floración.

Esa época suele ser al principio del otoño o al final del invierno. De esta manera se evita que el almendro sufra heladas que pudieran perjudicarlo y asegurarnos de que pueda estar recuperado para el inicio del periodo de floración.

En Borjardin realizamos todo tipo de podas:

Poda de formación, esta poda es la que ayuda al árbol de almendro a que adquiera una forma adecuada.

Poda de fructificación, consistiría en eliminar prolongaciones y chupones, así como retirar ramas débiles o muertas del almendro para que las ramas secundarias no pierdan su fuerza e incluso se fortalezcan más.

Poda de restauración, se realiza de una manera mas contundente intentando que el árbol reinicie el ciclo de producción del almendro. También es un proceso que se aplica a los árboles enfermos o que no han tenido el cuidado adecuado.

Poda en verde es un proceso sencillo en el que solo se eliminan los brotes que han crecido y se han desarrollado el último año para que no ocurra una ramificación excesiva que provoque la pérdida de fuerza del almendro. Se realiza en junio o julio.

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